¿Te animas a ser diferente? En el mercado laboral actual eso puede hacer que te elijan entre muchos.
Hoy en día, la marca personal es uno de los elementos que más miran los reclutadores. Es literalmente, la definición que conjuga las cualidades personales y profesionales de un candidato. Pero también son sus valores, sus creencias, las luchas a las que se suma en estos días en los que eso debe ir por la misma ruta que la empresa.
Para esto hay un concepto japonés que lo define: ikigai. Esta palabra la exploran Héctor García y Francesc Miralles en el libro que justamente se titula así. Allí, detallan que según la mencionada cultura oriental todo el mundo tiene un ikigai, es decir, una razón de ser.
El detalle, indican los autores, es que algunas personas ya encontraron esa motivación y tienen en claro cómo desplegarla, mientras que otros aún no son conscientes, pero reconocen las ganas de seguir buscándola.
“El ikigai está escondido en nuestro interior y requiere una exploración paciente para llegar a lo más profundo de nuestro ser y encontrarlo. Según los naturales de Okinawa, la isla con mayor índice de centenarios en el mundo, el ikigai es la razón por la que nos levantamos por la mañana”, definen García y Miralles.
Y en un mundo donde los propósitos se vuelven cada vez más necesarios, casi imperativos de tener, que las empresas puedan contar con talentos que tienen en claro sus convicciones, es un valor agregado que nadie debería desaprovechar.
En este sentido, las compañías deben poder reconocer cuáles son los colaboradores y candidatos que aportan este diferencial, porque sin dudas serán los que impulsen los cambios y pasos evolutivos dentro de las organizaciones. Y porque, en un mundo de similares, como mencionamos párrafos adelante, ser aquel que aporta lo distinto es hoy una ventaja competitiva que puede ser esencial, además, en el futuro.
Branding digital
La marca personal es la huella que dejamos. Pero hoy tenemos que tener en cuenta que esta huella también acontece en el mundo digital, sobre todo en las redes sociales.
Y al buscar trabajo, el 79% de las personas lo hace a través de las redes. El detalle, en este punto, es qué decimos en nuestros perfiles, porque todo lo que no digamos será un espacio que le dejemos a otros para hablar de nuestro trabajo. Y aunque esto puede ser un recurso sumamente válido, para que esto pueda ser bien aprovechado hay que tener un camino ya recorrido que sirva como base para este movimiento.
Es importante saber que la reputación digital no distingue entre lo personal y lo profesional, es nuestra imagen en Internet, nuestra reputación. ¿Cómo se construye esta marca personal digital? Con credibilidad, y sobre todo coherencia entre lo que publicamos y lo que hacemos cada día.
Por último, al analizar cómo está compuesta nuestra marca personal, hay que ir punto por punto y poder responder con sinceridad: ¿a quién ayudo con lo que hago?, ¿cómo contribuyo a la sociedad?, ¿cuánto me motiva mi trabajo? ¿qué valores puedo desarrollar?, ¿qué competencias son las que pongo en marcha en cada día laboral?
Definitivamente, un buen branding encierra una gran historia, implica entender quién es cada uno y cómo a partir de eso reconocerse mejora la comunicación y el desarrollo profesional.
Tal como dice Tom Peters, “sea distinto, o extinto”. Este es el lema que rige en la actualidad, y que todos debemos tener presente al formar nuestro perfil laboral cada día.