En el ámbito laboral, muchas personas sienten que no están a la altura de las responsabilidades que tienen. Pero, casi siempre, esto es solo una creencia.
Durante la pandemia, el trabajo remoto se convirtió en la norma. Lo que se conocía como el esquema tradicional de trabajo, estar 8 horas en una oficina o espacio laboral, quedó atrás y las personas tuvieron que aprender a desarrollar sus actividades diarias desde sus hogares. Para muchos esto fue pura ganancia, ya que mejoró su equilibrio entre la vida profesional y la personal.
Cuando muchos daban por sentado que esto ya era un derecho ganado, las empresas empezaron a pedirles a sus colaboradores volver a ese esquema conocido, el de presencialidad 100%.
Frente a este escenario, cómo pueden los colaboradores volver a acomodar sus vidas para continuar con sus actividades laborales.
En primera instancia, hay que reconocer que el retorno a la oficina implica más que un simple cambio de ubicación; es una transformación en la rutina, la cultura organizacional y la relación con el trabajo. Para algunos colaboradores, significa reencontrarse con colegas y recuperar la dinámica presencial. Para otros, representa una pérdida de flexibilidad y un impacto en su calidad de vida.
Desde el punto de vista empresarial, esta decisión suele estar motivada por la necesidad de fortalecer la cultura corporativa, mejorar la colaboración o simplemente por una estrategia de gestión del talento más alineada con los objetivos del negocio.
Estrategias para una adaptación exitosa
Ahora bien, si tu empresa decidió volver a la presencialidad total, estos consejos pueden ayudarte a transitar el cambio de manera efectiva:
- Ajustar la mentalidad y rediseñar rutinas: el primer paso es aceptar la nueva realidad y enfocarse en sus aspectos positivos. Adaptar los horarios de descanso, organizar el tiempo de traslado y planificar tareas con más estructura puede hacer que el proceso sea más llevadero.
- Reencontrar el valor del espacio de trabajo: las oficinas ofrecen ventajas como la interacción cara a cara, acceso inmediato a equipos y recursos, y una diferenciación clara entre la vida laboral y personal. Redescubrir estos beneficios ayuda a darle sentido a la vuelta.
- Dialogar con los líderes y equipos: si la transición genera dificultades, es clave expresarlas. La comunicación con managers y compañeros permitirá encontrar soluciones, desde ajustes de horarios hasta espacios de trabajo más cómodos.
- Mantener la flexibilidad mental: el cambio es parte del mundo laboral actual. Estar abierto a nuevas dinámicas, sin aferrarse a lo que funcionó en el pasado, ayuda a integrar esta etapa con mayor facilidad.
- Aprovechar las oportunidades de desarrollo: muchos empleadores están impulsando capacitaciones, mentorías y actividades de team building para fortalecer el regreso. Participar en estas iniciativas no solo facilita la adaptación, sino que también puede abrir nuevas oportunidades de crecimiento y estimularte para ir contento a tu trabajo.
La clave para una adaptación exitosa está en la actitud con la que se afronta el cambio. En un mundo laboral en constante transformación, la capacidad de adaptación y la mentalidad flexible son habilidades cada vez más valoradas.
Las empresas que logren gestionar este proceso con empatía y los colaboradores que se enfoquen en las oportunidades que trae consigo la nueva dinámica estarán mejor preparados para afrontar el futuro del trabajo.