Los talentos cada vez miran más qué beneficios brindan las empresas, pero también qué clima laboral ofrecen y el crecimiento que podrán tener dentro de la organización.
Las organizaciones que son las más atractivas para trabajar y por ende son las más buscadas por los candidatos tienen algo en común: poseen una marca empleadora poderosa. Con ella, y gracias a ella, son capaces de atraer y retener el mejor talento.
Con esta premisa en mente, las organizaciones hoy fortalecen su marca y se posicionan ante los colaboradores actuales y potenciales como un lugar aspiracional, donde desean proyectar su carrera profesional.
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Es importante destacar que este atractivo no es solo una imagen proyectada, sino una realidad. Cuando las personas finalmente tienen la oportunidad de trabajar en estas empresas, comprueban que lo prometido es real, lo que potencia su motivación y compromiso, logrando así los mejores resultados.
¿Qué debe tener una marca empleadora para ser fuerte? Los expertos en RPO y Brand Employer de Talent Solutions nos señalan 3 puntos a tomar en cuenta:
Experiencia al candidato, lo primero es lo que cuenta. La etapa de selección es el primer punto de contacto con los posibles colaboradores y donde la marca empleadora comienza a construirse. Establecer bases sólidas en esta etapa es clave para garantizar el éxito en todo lo que vendrá después.
La marca comienza a posicionarse no solo a través de las acciones que la empresa realiza internamente, sino también porque sus propios empleados son los mejores embajadores hacia el mercado. Y para que esto suceda debe darse ya desde la bienvenida un cuidado por lo que percibe y vive el colaborador.
Desarrollo de carrera, ir por más. El desarrollo de carrera es vital una vez que se ha completado el proceso de selección e incorporación de los colaboradores. En este punto, surgen nuevas necesidades y motivaciones que deben ser atendidas de manera oportuna y precisa para retener al mejor talento.
Así, el desarrollo de carrera se basa en diversos factores, como políticas que tengan en cuenta el crecimiento y evolución de las personas que trabajan en la compañía, un feedback continuo, y proyección de carrera que les permita convertirse en líderes en el futuro. Además, ofrecer formación acorde a los intereses de los colaboradores para su crecimiento profesional es clave para posicionarse en el mercado.
Conocer el progreso. Un punto clave es poder tener datos sobre el impacto de la marca empleadora en la atracción y retención del talento. Así, cada empresa podrá desarrollar sus KPIs para tener consciencia de los puntos por mejorar, y saber también cuáles son sus fortalezas. Estos datos no solo impactan en los talentos, también tienen un correlato con toda la cadena de valor y hasta con posibles inversionistas.
En definitiva, construir una marca empleadora sólida que refleje la esencia de la organización y el entorno laboral que se desarrolla en ella es fundamental si buscamos generar un impacto positivo en la percepción de los colaboradores y clientes, tanto actuales como potenciales, y de esa manera atraer al mejor talento.