Mandos medios: el arte de dar y recibir feedback

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Publicado el 14/07/25

Su rol es sumamente especial, porque recibe indicaciones y evaluaciones de sus superiores, pero también tiene equipos a cargo. Entonces, debe poder escuchar, recibir y transmitir de la mejor manera.

Dar y recibir feedback es una de las habilidades más valiosas en cualquier organización. Pero para los mandos medios, este arte tiene una complejidad particular: como el nombre de su rol lo indica, están justo en el medio. No son la alta dirección, pero tampoco están 100% operativos. Lideran equipos, pero también responden a superiores. Transmiten decisiones, pero también viven las consecuencias en primera persona.

Ese “estar en el medio” puede volver confusas las dinámicas de retroalimentación. ¿Cómo decirle a tu equipo lo que debe mejorar sin que lo vivan como una bajada vertical? ¿Cómo darle feedback a un superior sin que parezca una crítica fuera de lugar? ¿Cómo pedir feedback sin mostrar inseguridad?

Todas estas dudas suelen acosar a los mandos medios, por eso es importante que se sientan acompañados por el departamento de Recursos Humanos, y que reciban entrenamientos que los ayuden a reconocer sus habilidades para ejercer esta tarea.

Por eso, es importante que sepan que:

El feedback no es juicio, es oportunidad:

Uno de los errores más comunes es confundir el feedback con una crítica o una queja. Dar retroalimentación no es “marcar errores”, sino abrir una conversación sobre cómo mejorar el trabajo, los vínculos o los resultados.

Para que esto sea positivo, antes de dar feedback, pregúntate: ¿esto lo digo para sumar o para descargarme? Si la intención es genuina, vas por buen camino. Si no, mejor esperar y replantearlo.

  • Prepara la conversación (aunque sea breve)

No hace falta armar un “acto oficial” para dar feedback, pero sí es importante tener claridad. Cuanto más específico, mejor. Hablar de hechos concretos, no de suposiciones. Usar ejemplos y evitar frases negativas. Una fórmula que siempre funciona es organizar el discurso de esta manera: hecho + impacto + propuesta.

  • Recibir feedback también es liderar

A veces, los mandos medios creen que pedir feedback los vuelve vulnerables. Pero es al revés: un líder que se muestra abierto a mejorar transmite seguridad, madurez y compromiso.

 

Entonces, pedí feedback regularmente, sin esperar a las evaluaciones formales. Al hacerlo, emplea preguntas abiertas como: ¿hay algo que sentís que no estoy viendo?

Y cuando recibas una devolución, escucha sin interrumpir, no te justifiques de inmediato y agradece, incluso si no estás 100% de acuerdo.

  • Dar feedback hacia arriba: sí se puede (y se debe)

Aunque dé vértigo, dar feedback hacia tus superiores es parte del liderazgo saludable. Claro, no se trata de criticar, sino de señalar puntos de mejora con respeto y foco en lo constructivo.

Para esto busca el momento adecuado, usa un tono asertivo y habla desde tu experiencia, no desde lo que “los demás dicen”.

  • Cuida el tono y el momento

Dar o recibir feedback en medio del caos o con la emocionalidad a flor de piel no suele dar buenos resultados. La forma importa tanto como el contenido.

Por eso te aconsejamos elegir entornos tranquilos, conversaciones uno a uno y un tono respetuoso. Recuerda: el objetivo no es tener razón, sino mejorar.

Siempre vale la pena recordar que los mandos medios tienen un rol clave como constructores de cultura y transmisores de valores. Y una cultura saludable se sostiene con conversaciones honestas, empáticas y constantes. Dar y recibir feedback no es una tarea más en la agenda: es una herramienta de liderazgo, desarrollo y cuidado mutuo.