Síndrome del impostor: qué es y cómo superarlo

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Publicado el 09/04/25

En el ámbito laboral, muchas personas sienten que no están a la altura de las responsabilidades que tienen. Pero, casi siempre, esto es solo una creencia.

Imaginemos esta escena: logras una promoción, te felicitan por tu desempeño, pero en lugar de sentirte orgulloso, te invade la idea de que no mereces ese reconocimiento. Piensas que fue suerte, que los demás tienen una imagen diferente de ti y que en cualquier momento descubrirán que no eres tan bueno como creen.

Si te identificas con esto, no estás solo. Ese sentimiento tiene nombre: se llama síndrome del impostor. Se estima que 7 de cada 10 personas lo experimentan en algún momento de su carrera.

¿Qué es el síndrome del impostor?

Es un fenómeno psicológico en el que las personas dudan de sus logros y sienten que no merecen su éxito, a pesar de la evidencia de sus competencias. Quienes lo padecen suelen atribuir sus logros a factores externos como la suerte, el contexto o la ayuda de los demás, en lugar de reconocer su propio esfuerzo y capacidad.

Si bien puede afectar a cualquier persona, es particularmente frecuente en profesionales de alto rendimiento, líderes recién promovidos y en entornos competitivos donde la autoexigencia es muy alta.

Señales de que estás experimentando el síndrome del impostor

Si tienes dudas de si esto te está pasando, estas son algunas señales comunes:

  • Minimizas tus logros. Piensas que cualquiera podría haberlo hecho o que fue pura casualidad.
  • Vives con miedo a ser “descubierto”. Sientes que, en cualquier momento, alguien notará que no eres tan bueno como creen.
  • Te exiges el doble. Piensas que tienes que esforzarte más que los demás para estar a la altura.
  • Evitas nuevos desafíos. Dudas de tus habilidades y temes a fracasar, por lo que te cuesta asumir nuevas responsabilidades.
  • Comparación constante. Sientes que los demás tienen más talento o están mejor capacitados que tú.

Si te identificas con varias de estas situaciones, es momento de tomar acción.

Entonces, cómo superar el síndrome del impostor:

  • Reconoce que es un fenómeno común: el primer paso es entender que no eres el único. Saber que es algo habitual y que no define tu valor profesional es clave para empezar a enfrentarlo.
  • Cambia la forma en que interpretas el éxito: no atribuyas tus logros a la suerte o a factores externos. Si alcanzaste algo, es porque tienes las habilidades y la dedicación necesaria. Empieza a registrar tus logros, anotando qué hiciste bien y cómo lo lograste.
  • Reconoce que no tienes que saberlo todo: muchos sienten que para ser realmente competentes deben tener todas las respuestas. Pero la realidad es que aprender es parte del proceso profesional. No saber algo no significa que seas un impostor, sino que simplemente estás en constante evolución.
  • Pide feedback y confía en lo que te dicen: busca retroalimentación honesta de compañeros, jefes o mentores. Muchas veces, nuestra percepción está distorsionada y no vemos nuestras fortalezas con claridad. Creer en las valoraciones externas positivas ayuda a equilibrar la autocrítica.
  • Deja de compararte con los demás: cada persona tiene su propio camino de aprendizaje. Compararse con otros solo refuerza la sensación de insuficiencia. En lugar de enfocarte en lo que los demás hacen mejor, concentra tu energía en tu propio crecimiento.
  • Desafía tus pensamientos negativos: cuando aparezca esa voz interna que dice que no eres suficiente, cuestiónala. Muchas veces, nuestros miedos no tienen fundamentos reales.
  • Acepta cuando te equivoques: el miedo al error alimenta el síndrome del impostor. Sin embargo, equivocarse no significa fracasar. Es parte del aprendizaje y del crecimiento profesional. Cuanto más te expongas a nuevas experiencias, más confianza ganarás.

El síndrome del impostor puede ser un obstáculo para el desarrollo profesional, pero no tiene por qué definirte. Identificarlo, desafiarlo y trabajar en una mentalidad más saludable es fundamental para seguir creciendo con confianza.