Recarga tu energía: el poder de las pausas activas en la jornada laboral

La jornada laboral puede ser rutinaria o, incluso, agotadora. Por eso, dedicarle un tiempo especial a poner el cuerpo en movimiento puede traernos muchos beneficios.

El día a día puede ser exigente, tanto mental como físicamente. Y, aunque parezca extraño, la manera de combatir estas sensaciones desagradables es ponerse en movimiento. Lejos de cansarnos más, el ejercicio ayudará a revitalizarnos.

Hacer una pausa durante el día para ejercitarse es una de las mejores estrategias para mejorar nuestro bienestar y productividad. Incorporar actividad física en la rutina laboral no solo aporta beneficios para la salud, sino que también impacta positivamente en la concentración, el ánimo y el rendimiento profesional.

Si acaso te preguntas ¿por qué es importante moverse durante la jornada laboral? En Manpower te lo decimos. En primer lugar, el sedentarismo prolongado fue identificado como uno de los mayores riesgos para la salud en el entorno laboral moderno.

Permanecer muchas horas sentado puede provocar fatiga, problemas posturales y una disminución en la circulación sanguínea, lo que repercute en el desempeño diario. Entonces, hacer una pausa para movernos contribuye a reducir estos efectos negativos y a mantener el cuerpo y la mente activos.

Los beneficios

Hacer ejercicio de manera continuada es fundamental, sobre todo porque aporta muchos beneficios, algo que repercutirá en nuestro bienestar cotidiano.

¿Cuáles son estos beneficios? Desde Manpower te los contamos:

• Mayor productividad y concentración: el ejercicio aumenta el flujo sanguíneo al cerebro, mejorando la memoria y la capacidad de resolución de problemas.
• Reducción del estrés y la ansiedad: la actividad física libera endorfinas, las llamadas "hormonas de la felicidad", ayudando a reducir la tensión acumulada y mejorando el estado de ánimo.
• Mejor postura y salud física: realizar ejercicios de estiramiento o caminar unos minutos puede prevenir dolores musculares y problemas de espalda derivados del sedentarismo.
• Fomenta la creatividad: un cambio de ambiente y la activación física pueden dar lugar a nuevas ideas y enfoques innovadores en el trabajo.
• Mayor energía durante el día: entrenar combate la fatiga y aumenta los niveles de energía, evitando la sensación de agotamiento en las últimas horas de la jornada.

Sin excusas

Claro está que no es fácil cortar el día laboral para ir al gimnasio, o empezar la jornada una hora antes para dedicarle tiempo al entrenamiento. Acá es importante detectar que seguramente nos pondremos excusas para no incorporar este cambio de hábito.

A su vez, las empresas pueden fomentar una cultura de bienestar, ayudando a sus colaboradores a incorporar hábitos saludables dentro del horario laboral.

Algunas estrategias efectivas incluyen:

• Pausas programadas: establecer momentos específicos en el día para estiramientos, caminatas o ejercicios de movilidad.
• Espacios para la actividad física: habilitar áreas en la oficina para la práctica de ejercicios ligeros o yoga.
• Incentivos para la actividad física: fomentar la participación en programas de bienestar con beneficios para quienes los adopten.
• Apoyarse en la tecnología: aplicaciones y relojes inteligentes pueden recordar a los empleados que es momento de moverse.

Incluir el ejercicio en la jornada laboral no solo es bueno para la salud de las personas y los equipos, sino que también contribuye a un entorno de trabajo más dinámico y eficiente.