Las nuevas formas de trabajo están abriendo la puerta a maneras más modernas de definir la relación entre colaboradores y organizaciones.
Las formas de trabajo están cambiando rápidamente. Con el auge del trabajo híbrido, remoto, freelance y otras modalidades innovadoras como las workations (trabajar mientras viajas), las empresas están adaptando sus prácticas de contratación para alinearse con estas tendencias que refiere Manpower.
Estos cambios no solo transforman la cultura laboral, sino que también desafían las estructuras contractuales tradicionales, impulsando la creación de nuevos tipos de acuerdos laborales.
Antes de la pandemia, el trabajo remoto y las modalidades flexibles eran vistas como beneficios exclusivos. Hoy, estas opciones se han consolidado como estándares en varios sectores, y los trabajadores esperan poder elegir entre una mayor variedad de formatos de empleo.
Esta evolución ha llevado a una demanda creciente de contratos más flexibles, personalizados y adaptados a las necesidades tanto de talentos como de las compañías.
Entonces, hoy ya se pueden distinguir cómo empiezan a nacer nuevos modelos de contratos laborales:
- Contratos híbridos: están diseñados para aquellos colaboradores que dividen su tiempo entre el trabajo en la oficina y el remoto. Estos acuerdos no solo establecen las horas o días que los talentos deben estar físicamente en la oficina, sino también los derechos y obligaciones respecto a la productividad, la ciberseguridad y la gestión de tiempos fuera de la oficina. Este tipo de contrato requiere cláusulas claras sobre el uso de tecnología, supervisión a distancia y compensación por gastos de trabajo en el hogar.
- Contratos freelance y por proyectos: al ser por proyecto ofrecen flexibilidad, tanto para el trabajador como para el empleador, permitiendo que los profesionales trabajen en proyectos específicos sin estar atados a una relación laboral de largo plazo. Estos contratos suelen incluir términos sobre la propiedad intelectual, plazos de entrega y esquemas de pago por honorarios.
- Contratos part-time remotos: son ideales para trabajadores que no desean comprometerse con una jornada completa o que, por cuestiones personales o profesionales, necesitan más flexibilidad.
¿Qué tipos de contratos podríamos ver en el futuro?
Ahora bien, ya empieza a hablarse de contratos que podrían surgir en los próximos años, como:
- Por resultados: en lugar de basar el pago en horas o jornadas, este tipo de acuerdo se centrará en los resultados alcanzados, independientemente de cuándo o dónde trabaje el colaborador. Este modelo promueve la autonomía y el enfoque en objetivos claros.
- Flexibles con opción de ubicación: En el futuro, los contratos podrían ofrecer al talento la opción de trabajar desde diversas ubicaciones, ya sea en la oficina, desde su hogar o incluso en espacios de coworking. Los colaboradores podrán elegir su entorno de trabajo en función de su comodidad y productividad.
- De colaboración extendida: a medida que las fronteras entre empleadores y colaboradores externos se difuminan, podríamos ver más contratos diseñados para colaboraciones extendidas con freelancers o consultores. Estos acuerdos a largo plazo mantendrían la flexibilidad del freelance, pero con el beneficio de una relación de confianza más estable.
- De trabajo global: como las empresas contratan más talento internacional para roles remotos, los contratos globales, que abordan cuestiones legales y fiscales complejas entre países, serán esenciales. Estos contratos incluirán términos específicos sobre impuestos, seguridad social, regulaciones locales y normativas de visado o permisos de trabajo. También podrían ajustarse en función de la residencia fiscal del trabajador, optimizando los beneficios para ambas partes.
Tal como apunta Manpower, el futuro del trabajo está directamente vinculado a la evolución de los contratos laborales. Las empresas que se adapten a estos cambios, ofreciendo contratos flexibles y personalizados, estarán mejor posicionadas para atraer y retener al mejor talento en un mundo cada vez más global y digitalizado.
