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Qué es la industria naranja

Written by Experis México | 24/01/25

Innovación y creatividad se ponen al servicio de la economía. Qué tipo de talentos demanda este sector y qué habilidades tener para ser parte de él.

En los últimos años, la economía global ha experimentado un auge de las industrias creativas, también conocidas como la "industria naranja". Este término, acuñado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), engloba todas las actividades económicas que se basan en la creatividad, la cultura y la propiedad intelectual.

Desde el cine y la música hasta el diseño y los videojuegos, la industria naranja se ha consolidado como un motor de desarrollo económico y social en todo el mundo.

Este vertical abarca una amplia variedad de sectores creativos, culturales y tecnológicos. Entre ellos destacan:

  • Arte y cultura: Incluye disciplinas tradicionales como la pintura, la escultura, el teatro y la danza, así como manifestaciones culturales contemporáneas.
  • Medios y entretenimiento: Cine, televisión, música, radio y producción de contenido digital.
  • Diseño y moda: Desde el diseño gráfico y de productos hasta la industria de la moda y el diseño de interiores.
  • Videojuegos y software: Desarrollo de videojuegos, aplicaciones y tecnología vinculada al entretenimiento interactivo.
  • Publicaciones y literatura: Libros, revistas, periódicos y contenido digital relacionado.
  • Publicidad y marketing: Estrategias y campañas creativas que conectan marcas con audiencias.

Este sector no solo genera riqueza, sino que también fomenta la inclusión social, el desarrollo humano y la preservación de identidades culturales. Además, su carácter transversal permite impactar a otras industrias, aportando valor agregado mediante la creatividad y la innovación.

¿Qué talentos demanda la industria naranja?

La diversidad de actividades que conforman esta industria requiere una gama de talentos multidisciplinarios.

Algunos de los perfiles más demandados incluyen:

  • Creativos digitales: Diseñadores gráficos, animadores 3D, desarrolladores de videojuegos y especialistas en realidad aumentada y virtual.
  • Productores y gestores culturales: Profesionales que puedan coordinar eventos, producciones audiovisuales o exposiciones artísticas.
  • Estrategas de marketing y comunicación: Expertos en conectar productos creativos con audiencias globales mediante plataformas digitales.
  • Desarrolladores de software y tecnología: Ingenieros que diseñen herramientas para potenciar la experiencia creativa, como plataformas de transmisión o aplicaciones interactivas.
  • Narradores y guionistas: Creadores de contenido que aporten historias atractivas a medios como el cine, la televisión y los videojuegos.
  • Especialistas en propiedad intelectual: Profesionales que protejan las creaciones mediante derechos de autor, patentes y marcas registradas.

Por supuesto, la industria naranja valora cada vez más las habilidades blandas, como la creatividad, la resolución de problemas, la colaboración interdisciplinaria y la adaptabilidad. En un entorno tan dinámico y competitivo, estas competencias se convierten en diferenciales clave.

Hay que saber que, según datos del BID, la industria naranja representa aproximadamente el 6% del Producto Bruto Interno (PBI) mundial y genera millones de empleos directos e indirectos. Países como Colombia y México han implementado políticas específicas para potenciar este sector, fomentando el emprendimiento creativo y facilitando el acceso a financiamiento para proyectos culturales y tecnológicos.

En un contexto, en el que la digitalización y la globalización están transformando los mercados laborales, la industria naranja no solo ofrece oportunidades económicas, sino también un espacio para la expresión de los talentos y la construcción de identidades. Para los profesionales interesados en este sector, la clave está en combinar talento creativo con habilidades técnicas y una visión global.

La industria naranja es mucho más que un sector económico: es una plataforma para el desarrollo sostenible, la innovación y la inclusión. Su futuro dependerá de cómo gobiernos, empresas y profesionales trabajen juntos para maximizar su potencial en un mundo que valora cada vez más la creatividad y la cultura.